Una elocuente fotografía publicada muestra a un agente federal apuntando con un fusil de asalto a Donato Dalrymple, uno de los pescadores que rescataron a Elián del mar en noviembre, que sostiene a Elián en brazos dentro de un armario, y conminándole a entregar al niño.

Ambos se habían refugiado en el armario cuando se escucho como derribaban las puertas de la casa de Lázaro González, tío abuelo del niño, donde ha residido el menor desde septiembre, los agentes que asaltaron la vivienda, un escogido grupo del contingente enviado para llevar a cabo la operación.

El asalto de los agentes federales y del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) se produjo alrededor de las 05.15 hora local (08.15 hora española), cuando apenas había unos 50 personas frente a la casa de Lázaro González, situada entre la avenida 23 y la segunda calle, noroeste del barrio de "La Pequeña Habana", de Miami.

La agente federal le dijo a Elián: 'Voy a llevarte con papi'
"Voy a llevarte con papi", le dijo al niño cubano Elián González la agente federal que le sacó esta madrugada por la fuerza de la casa donde vivía desde hace casi cinco meses con sus familiares lejanos de Miami.

La agente, según el relato oficial, le habló al niño náufrago cubano en español mientras trataba de arroparle con una manta, pero las imágenes de televisión mostraron a un Elián asustado y lloroso, vestido con pantalones cortos y una camiseta blanca.

"Sé que tienes miedo. Esto va a acabar pronto, voy a llevarte a con papi", dijo la agente, según las fuentes.

El niño fue introducido inmediatamente en una furgoneta blanca aparcada a la puerta de la casa, mientras agentes federales apuntaban con fusiles a las decenas de personas que se encontraban en el lugar en ese momento, las 05.15 hora local (08:15 hora española).

Los agentes federales que irrumpieron en la casa de los parientes en Miami insistieron que utilizaron un "procedimiento normal" para sacar al niño y llevarlo junto a su padre Juan Miguel González en Washington.

Según las autoridades, ocho agentes fuertemente armados, incluida una mujer hispano hablante, llegaron a la puerta de la casa de Lázaro González, tío abuelo de Elián, en Miami, respaldados por unos 130 agentes policiales desplegados en la zona.

Llamaron a la puerta tres veces sin obtener respuesta, por lo que la derribaron y entraron en la casa con las armas en alto. Al encontrar a Elian, que estaba escondido en un armario de la habitación de su prima, Marisleysis González, la agente habló al niño en español.

La agente tomó al niño en brazos, lo sacó afuera y se introdujo con él en una furgoneta que lo condujo a las afueras de Miami, donde abordó un avión con destino a una base cercana a la capital federal estadounidense, donde parece que se reunirá con su padre.

El padre de Elián va de camino a la base aérea

El padre del niño Elián González, está de camino a la base aérea de Andrews, cercana a Washington, donde se cree que se reunirá con el pequeño por primera vez en meses.

Juan Manuel González, padre de Elián, salió poco antes de las 07.30 hora local (12.30 hora española) la residencia que tiene en Bethesda el encargado de la Oficina de Intereses de Cuba en EEUU, donde ha aguardado desde el pasado 6 de abril el reencuentro con el menor.

El avión especial del gobierno de EEUU que conduce a Elián de Miami a Washington tiene previsto aterrizar en Andrews, la base desde la que operan los aviones que usan el Presidente de Estados Unidos y otros miembros de su Gobierno, así como a la que llegan visitantes ilustres de otras naciones.

Juan Miguel González salió de la casa de Bethesda de forma muy discreta y se ignora si ha acudido a la base solo o acompañado de su actual esposa y de su otro hijo.

Los periodistas apostados en las inmediaciones del lugar -en una lluviosa y gris mañana de primavera- no pudieron ver más que varios automóviles con cristales ahumados salir de la residencia del diplomático cubano.

Aunque se ha revelado que los vehículos se dirigen a Andrews, no se ha confirmado oficialmente el destino de la caravana que bien podría ser algún lugar apartado de las cámaras de televisión.